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La maquinaria agrícola le ganó a la inflación: subió hasta 340% en seis años

El mercado local de maquinaria agrícola pierde ventas mientras la facturación de las firmas aumenta por mayores precios, sin que eso signifique para las empresas un aumento de la rentabilidad.
Desde 2007, la venta de maquinaria agrícola, medida en unidades, está en baja. Pasó de 28.028 unidades ese año a ventas que totalizaron, en los primeros tres trimestres de 2014, las 14.153 unidades. Midiendo períodos equivalentes, entre el tercer trimestre de 2007 e igual lapso de 2013, la merma alcanzó el 34,4 por ciento en cantidad de maquinarias adquiridas por productores y contratistas según el Indec, que releva un segmento importante, aunque no total, de la maquinaria agrícola comercializada en el país.
Paralelamente, la facturación de las empresas fabricantes, tanto nacionales como extranjeras, creció en los últimos años. En conjunto, facturaron $ 3.306 millones en 2007 contra $ 5.613 millones el año pasado. Y 2013 mantiene el alza: en los nueve primeros meses del año, las compañías ingresaron por ventas más de $ 6.500 millones, es decir, 17% más que en todo el año pasado.
La respuesta está en el aumento de los precios en pesos, que le ganaron a la inflación privada, calculada en 255% en el acumulado 2007-2013, según datos de Orlando Ferreres y Asociados.
A modo de ejemplo, las sembradoras aumentaron 255%, en pesos, entre 2007 y el tercer trimestre de 2013, según el relevamiento trimestral sectorial que publica el Indec. Los tractores crecieron 295% en valor en el mismo período, mientras que las sembradoras incrementaron su valor 341%, recuenta el Indec.
La suba de los costos y la variación del dólar, que en su versión ‘oficial’ se revaluó 75% en comparación con el peso en los últimos seis años, elevó los valores en pesos. En paralelo, la industria sumó tecnología y, en algunos casos, tamaño a las maquinarias, explican desde el sector empresario.
En este sector, los esfuerzos oficiales de controlar las importaciones e incentivar la radicación y ampliación de empresas en el país y motivar las compras de maquinaria, con créditos subsidiados por $ 8.500 millones, sólo fueron un paliativo para no estar peor.
“La rentabilidad bajó y hay competencia en la industria. Tratamos de bajar los precios al máximo pero hay un límite”, explicó a El Cronista Carlos Castellani, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma).
Desde que comenzaron los controles a las importaciones de maquinaria agrícola, que se pusieron firmes desde 2010, la participación de las empresas nacionales viene creciendo, en buena medida, por la política de sustitución que incentivó la ampliación en el país de fabricantes como Case New Holland, Agco Allis y John Deere, entre otras.
Actualmente, la participación de las locales en la cantidad de unidades vendidas alcanza el 67,8% y en facturación, según el Indec “las cosechadoras y los tractores de origen nacional, cubren el 66,1% y el 38,7% de sus respectivos mercados”, mientras que “las sembradoras de origen nacional constituyen el 100% de la facturación del grupo, mientras, que en implementos agrícolas, la producción nacional representa el 54,9% de la facturación”.
Algunos segmentos, como el de las cosechadoras y sembradoras, tuvieron expansión exportadora desde 2003 hasta 2012. Ahora, según Castellani, el sector exporta, pero necesita “un equilibrio en las monedas para compensar los costos internos”, indicó, y aseguró que “lo que más aumentó fueron insumos y la mano de obra”.